BIOGRAFÍA GUILLERMO ZULUAGA (MONTECRISTO)

Guillermo Zuluaga Azuero, (Montecristo) se autobautizó artísticamente como Montecristo y le confesó un gran amor a la tierra de sus mayores”; El Santuario es mi tierra y tiene la mejor

Guillermo Zuluaga.

gente del mundo, decía frecuentemente en sus entrevistas.

Nació en Medellín el 10 de febrero de 1.924, hijo del médico Baudilio Zuluaga Gómez y de doña Carolina Azuero Ordóñez. 

Luego de sus estudios primarios y algunos estudios de secundaria ingresó al ejército. Gracias a que estuvo en los scout aprendió a tocar tambor y corneta, terminó su carrera militar en el batallón Codazzi de Palmira, a la vez comenzó su carrera como humorista, con un sentido muy cómico imitaba a los compañeros y los altos militares lo aplaudían con gusto; desde allí lo invitó alguien de la emisora de Cali al programa radial “la hora de las variedades”.

Medallas recibidas por Montecristo.

Entre los personajes que representaba en diferentes ámbitos de la cultura popular mencionamos:

Montoño: Hermano de Montecristo, el típico bobo del pueblo, pero con una malicia especial.

Montecristico: Sobrino de Montecristo, típico niño precoz que pone en aprietos a todos con sus ocurrencias.

Reconocimientos a Montecristo.

Montecristote: Hermano de Montecristo, afeminado y atrevido con los demás hombres, desprecia las mujeres.

Montecrisñato: Primo de Montecristo, es el tartamudo (gago) de la familia.

Montecristeso: Primo de Montecristo, es un malandrín.

Montecrispucho: Primo de Montecristo, es un tipo vicioso dedicado a fumar yerbas raras. Vive en otro mundo.

Reconocimientos a Montecristo.

Con una carrera de casi cinco décadas, popularizó cada uno de sus personajes a los que les dió vida e identidad; él mismo los interpretaba en situaciones cotidianas simples, sus programas cambiaron de denominación a lo largo de los años; entre los más destacados cabe mencionar: las aventuras de Montecristo, el hotel bochinche s.a, el café de Montecristo, entre otros; al lado de doña queta, de Justiniano y Agapito sostenía una conversación  permanente.

Durante toda su vida recibió más de 200 trofeos, medallas y condecoraciones como el gran humorista  de América.

Como un homenaje,  el museo de El Santuario lleva su nombre y aquí se exhiben sus trofeos.